Cosina CT-20, una japonesa que compré en Alemania

1982 Inicio de una nueva etapa con máquinas japonesas

La Cosina CT-20 marcó un hito en mi trayectoria fotográfica cuando, en 1982, la adquirí en Ansberg (Alemania). Fue mi cuarta cámara y la primera que me introdujo en el mundo de los automatismos, después de la clásica y robusta Zenit-E que solo contó con un fotómetro de selenio. En comparación, la CT-20 representaba un salto hacia la modernidad, aunque se mantenía sencilla en su funcionalidad, ofreciendo la exposición automática con prioridad de apertura como su única opción de medición. Este modelo carecía de ajustes manuales de velocidad de obturación, salvo por las posiciones “B” (bulb) y la velocidad de sincronización de flash de 1/100 segundos. La otra opción que dababa, era “Auto”.

Sobre el diseño y el visor

El visor de la CT-20, con un campo de visión del 93%, era una herramienta impresionante para su época. Incorporaba un pentaprisma fijo y ayudas de enfoque como un telémetro de imagen partida, con un anillo de microprismas y una lente Fresnel, que facilitaban el enfoque manual. Además, tres LEDs en el visor actuaban como guía de exposición: rojo para sobreexposición, verde para exposición correcta y amarillo para subexposición. Sin embargo, no indicaba la velocidad de obturación seleccionada, lo que podía resultar una limitación para algunos usuarios más avanzados.

Un detalle era el botón de compensación de contraluz, que permitía ajustar rápidamente la exposición en situaciones complejas. También contaba con una palanca para un temporizador de diez segundos, que tenía en el eje un LED frontal de color rojo que parpadeaba al ritmo de la cuenta atrás.

Especificaciones técnicas

La Cosina CT-20, fabricada en Japón entre 1980 y 1984, era una cámara básica pero de calidad. Su obturador de metal de desplazamiento vertical y control electrónico ofrecía tiempos desde 4 segundos hasta 1/1000 de segundo. Eso sí, requería dos pilas tipo LR44 de 1.35V para su funcionamiento, lo cual era un lastre en cierta medida. La montura K tipo Pentax de la cámara le daba compatibilidad con una amplia variedad de objetivos intercambiables,

La CT-20 contaba con una zapata para flash que le permitía sincronizar con flashes dedicados como el Cosina Auto-160 o Auto-220. Yo nunca llegué a utilizar esta funcionalidad, por lo que no puedo opinar sobre su rendimiento con flash. La cámara soportaba películas con sensibilidades entre 25 y 1600 ASA.

Dimensiones y peso

Con unas dimensiones de 133x85x48mm y un peso de 450 gramos, la CT-20 era compacta y ligera, con un cuerpo un poco plasticoso, lo que la hacía cómoda para llevar en largas sesiones fotográficas.

Para mi, la Cosina CT-20 fue un modelo que combino simplicidad y funcionalidad, ideal para una experiencia gratificante de fotografía cuando no se tiene grandes conocimientos, y sin complicaciones. Su exposición automática con prioridad de apertura es perfecta para principiantes. Aunque no fue una cámara avanzada fue una opción interesante económicamente hablando, dentro del mundo de la fotografía.




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