Mi salto a Fujifilm, la callejera Fuji X100S

La pequeña callejera que me vino del sol naciente

Actualmente, me muevo dentro del sistema Fuji, en el que aterricé hace ya algunos años. Todo comenzó en el año 2015 con la compra de la Fuji X100S —en su versión negra— en Inglaterra. Desde entonces, se ha convertido en mi cámara todoterreno, acompañándome en cada lugar que visito. Ha cruzado continentes, recorrido países y nunca me ha defraudado.

Este modelo es la segunda generación de la serie X100 (de ahí la “S” en su nombre) que se lanzó al mercado en 2013. Muchos podrían tacharla de obsoleta hoy en día, especialmente cuando la serie ya ha alcanzado la Fuji X100VI (lanzada en 2024). Pero mi X100S sigue brindándome grandes satisfacciones, y con ella continúo publicando fotos en mi Instagram (@kuribarri).

Diseño clásico, rendimiento excepcional

Lo primero que me conquitó de esta cámara es su fusión de estética retro y alto rendimiento. Su construcción robusta y compacta la hace resistente sin sacrificar elegancia. Al principio, la alternaba con mi Nikon D7000, pero con el tiempo, la Fuji la relegó al olvido. Terminé vendiendo la Nikon y adoptando por completo el ecosistema Fujifilm.

Callejera por naturaleza

Su mayor virtud es la portabilidad: discreta, ligera y rápida, ideal para fotografía callejera o viajes, esto la convierte en una compañera ideal. Al usarla por primera vez, me sorprendió su enfoque en controles analógicos —un guiño a las cámaras telemétricas clásicas—. Viniendo de una DSLR como la Nikon, fue un retorno a lo esencial: diafragma, velocidad y enfoque manual, tal como aprendí y disfruto. Aunque, si la situación me lo exige, puedes ir al modo automático. Su visor híbrido (óptico/electrónico) es otro acierto, aunque yo siempre elijo el modo óptico. ¿Será que soy un clásico?

El sentimiento de una clásica en mis manos

A pesar de sus años, a fecha de hoy sigue funcionando sin un solo fallo. Las fotos que publico, con una calidad más que aceptable, sorprenden a quienes no imaginan que fueron tomadas con una cámara de su generación (los usuarios Fuji, en cambio, no dudan). Su óptica fija de 23mm f/2.0 es perfecta para mi estilo callejero —mayormente en blanco y negro—, pero también la he llevado a la montaña cuando el peso en la mochila importa. El autofoco, notablemente ágil para su época, sigue siendo más que competente.

La X100S superó todas mis expectativas como mi primera incursión en el mundo Fuji. De hecho, mi siguiente compra fue la Fuji X-T3, una mirrorless de alto rendimiento que aún la tengo en activo. La elección de la X100S fue un acierto, y no dudaría en recomendar esta serie —desde la veterana X100S hasta la codiciada X100VI— a cualquiera que busque una cámara única.

Especificaciones

  • Cuerpo: Aleación de magnesio
  • Optica: Lente fija Fujinon 23mm f/2 (equivalente a 35 mm en formato completo)
  • Sensor: 16.3 MP (1.5x crop factor), 4.8µ pixel size, same as on X-Pro1, X-E1 and X-M1
  • Sensor: APS-C 23.6 x 15.6mm
  • Procesador EXR II
  • Resolución máxima: 4896 x 3264
  • ISO Nativo: 200-6400
  • ISO Expandido: 100, 12800, 25600
  • Visor híbrido: óptico (OVF) y electrónico (EVF, 2,36 millones de puntos)
  • Pantalla LCD de 2,8 pulgadas, 460.000 puntos, fija y sin pantalla táctil
  • Velocidad de obturación: 1/4000 s a 30s
  • Disparo continuo: hasta 6 fps
  • Medición TTL de 256 zonas
  • Enfoque Peaking, filtros, modos de simulación de película
  • Grabación Full HD 1080p a 60 fps y 30 fps
  • Formato/Codificación vídeo: MOV (H.264)
  • Flash integrado y zapata para flash externo
  • Sin Wi-Fi ni GPS integrados
  • USB Standard: 2.0
  • Tipo de batería: NP-95
  • Tarjetas: 1x SD slot (SD/SDHC/SDXC compatible)
  • Peso: 445 g (con batería y tarjeta)
  • Dimensiones: 127 x 74 x 54 mm



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