Chaguaceda, cuando la naturaleza reclamó lo suyo

Chaguaceda, cuando la naturaleza reclamó lo suyo

En el noroeste de la provincia de Zamora, dentro del término municipal de Robleda-Cervantes y en la comarca de Sanabria, se encuentra Chaguaceda, un pueblo abandonado que guarda los ecos de su historia entre ruinas y vegetación. A solo unos kilómetros de Puebla de Sanabria, este lugar olvidado por el tiempo ha sido conquistado por la naturaleza, convirtiéndose en un paraíso para los amantes de la fotografía y los exploradores de los sitios abandonados.

Un escenario atrapado por la naturaleza

Las casas de piedra que antaño albergaban vida ahora son testigos de la implacable fuerza de la naturaleza. Árboles que brotan desde el interior de las viviendas, enredaderas que trepan por sus paredes y una vegetación exuberante que lo inunda todo han transformado a Chaguaceda en un sitio único. Es un lugar donde el abandono se ha mezclado con la belleza salvaje, creando una atmósfera casi mágica.

Un pasado de leyenda

Situado estratégicamente en la tradicional Cañada Sanabresa, este pueblo desempeñó un papel importante como punto de paso y cobro de tributos por el tránsito de ganado y mercancías. Sin embargo, el paso del tiempo fue implacable. La población se vio reducida drásticamente, y los pocos habitantes que permanecieron decidieron abandonar el pueblo, llevándose consigo las imágenes de la antigua iglesia como recuerdo de un hogar perdido.

Algunas fuentes apuntan a que la desaparición definitiva de Chaguaceda estuvo ligada a la construcción del embalse de Cernadilla en la década de los sesenta.

La leyenda de la maldición de Chaguaceda

Chaguaceda no solo está en el olvido y en la serenidad de la naturaleza, sino también en el misterio de una leyenda que ha perdurado a lo largo del tiempo. Según las historias locales, los habitantes de este pueblo eran conocidos por su egoísmo, ya que cobraban a los viajeros unos tributos por cruzar sus tierras. Este comportamiento egoísta habría provocado una maldición, manifestada en forma de una peste que diezmó a la población. Aunque no hay pruebas históricas que confirmen este relato, la leyenda añade un halo de misticismo a las ruinas de Chaguaceda.

Según cuentan las historias locales, los habitantes de Chaguaceda eran muy egoístas y cobraban por pasar por sus tierras. Como consecuencia, fueron maldecidos con una gran peste que diezmó la población

Chaguaceda, legado para la fotografía de naturaleza

Hoy, Chaguaceda se encuentra completamente abandonado, convertido en un lugar idílico para los amantes de la naturaleza y la fotografía. Llegar a este lugar escondido implica una caminata de aproximadamente un kilómetro desde la calle El Filo que sale del pueblo de Robleda-Cervantes, convirtiéndose en una pequeña carretera asfaltada. Una vez salgas por esa carretra, al poco de dejar el pueblo atrás, fíjate bien porque verás tanto a la derecha como a la izquierda de la misma, dos caminos. Unos senderos que salen desde el asfalto. Te recomiendo dejar dejar el coche por la esa calle e ir andando desde el pueblo, que es lo que yo hice. Según vas por esa carretera y llegues a ambos caminos, debes de tomar el que te sale a la derecha. Irás por una senda rodeada de grandes robles. Un estrecho camino cubierto de vegetación guía a los visitantes hasta el pueblo, comenzando en una discreta señal de madera que marca el inicio de una ruta de tierra a partir de la carretera general.

Al llegar al corazón de Chaguaceda, se pueden observar los vestigios de su pasado: casas de piedra y pizarra, interiores de adobe que, aunque son ruinas, dejan entrever parte de su historia. Entre las ruinas, destaca un antiguo horno de pan que conserva, aunque deteriorada, su cúpula original, un testimonio de las labores cotidianas de sus antiguos habitantes. También se pueden encontrar algunas casas que fueron objeto de intentos de restauración hace unos años, aunque hoy parecen haber quedado nuevamente a merced del olvido.

Chaguaceda es un lugar donde la naturaleza, la historia y la leyenda convergen, creando una experiencia única para quienes se aventuran a descubrir sus secretos.

Casas sanabresas: piedra y pizarra

Una de las primeras cosas que llamará tu atención al fotografiar Chaguaceda es la arquitectura de sus casas, construidas con piedra y pizarra, fiel reflejo de las tradiciones sanabresas. Las escaleras de piedra, firmes a pesar del paso del tiempo, se encuentran cubiertas de musgo, añadiendo un toque melancólico a la escena.

Consejos para visitar Chaguaceda

Para explorar este pueblo abandonado, es esencial ir bien preparado. Aquí tienes algunas recomendaciones:

  • Calzado: Botas de senderismo resistentes para caminar con seguridad por terrenos irregulares.
  • Ropa: Pantalones largos y robustos para protegerte de las zarzas y ropa de abrigo en invierno, ya que las temperaturas en la zona sanabresa suelen caer por debajo de los 0°C en esa época.
  • Equipo: Lleva un equipo de fotografía cómodo y fácil de transportar.

Fotografiando el pueblo

Si planeas fotografiar Chaguaceda, es importante llevar el equipo adecuado para captar toda la belleza del lugar.

  • Trípode: Fundamental para zonas con poca luz, ya que la abundante vegetación puede dificultar las tomas nítidas sin estabilización.
  • Objetivos: Los grandes angulares son ideales para este entorno. Dado el espacio reducido entre las ruinas y la vegetación que crece alrededor, lentes entre los 12 mm y los 20 mm son perfectos para trabajar dentro del pueblo.
  • Teleobjetivos: No son especialmente útiles aquí. Los grandes robles que rodean el lugar te limitan las oportunidades para el uso de este tipo de lente.

Chaguaceda ofrece un escenario único donde la arquitectura tradicional, el abandono y la naturaleza se entrelazan, creando un ambiente perfecto para los amantes de la fotografía. Con el equipo adecuado y algo de paciencia, podrás capturar imágenes llenas de historia y belleza.

Senderismo y fotografía

Si deseas combinar tu pasión por la fotografía de pueblos abandonados con la exploración de los paisajes únicos de Sanabria, existe una ruta circular de ocho kilómetros y medio de baja dificultad que conecta los pueblos de Castellanos, Chaguaceda y Triufé. Aunque aún no he tenido la oportunidad de realizarla, me han comentado que es una experiencia que realmente merece la pena.

Chaguaceda, con su oscura leyenda y su atmósfera mágica, es un destino imprescindible si viajas por el norte de Zamora, en la comarca sanabresa. Muy cerca tienes Puebla de Sanabria, un pintoresco pueblo con encanto medieval, y su famoso lago. Sin embargo, si buscas algo más singular, te recomendaría visitar la Laguna de los Peces. Este lago de alta montaña conserva su esencia natural, rodeado por cumbres imponentes como el Teleno, y ofrece grandes paisajes.

Si tienes alguna duda o quieres más consejos, no dudes en enviarme un mensaje por Instagram: @kuribarri. Estaré encantado de ayudarte en tu visita por esta zona.




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